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martes, 13 de diciembre de 2011

¿Ahora como sigo?

Rama del conocimiento: Microbiología

¿Qué sé?
¿Qué me gustaría profundizar?
¿Qué fuente de información puedo buscar para aprender?
Sobre buscadores, metabuscadores especializados en su rama del conocimiento
PubMed es uno de los buscadores más confiables para el área de ciencias de la salud.
Manejar las herramientas  disponibles tanto para mejorar la búsqueda como el manejo de la información
Tutoriales de PubMed
http://www.nlm.nih.gov/ bsd/disted/pubmed.html
En relación con la pertinencia y confiabilidad
Los artículos publicados en revistas científicas se consideran confiables
¿Cómo puedo conocer el grado de confiablidad de una revista, en particular de las revistas electrónicas?
Ver si está indexada en alguna base de datos confiable, por ejemplo el Sistema de Bibliotecas y de Información de la UBA
http://www.sisbi.uba.ar/
Vinculado con el aprender a buscar
Antes de comenzar un trabajo de investigación es necesario realizar una búsqueda exhaustiva de lo publicado.
¿Cómo puedo estar seguro de no haber omitido una fuente de información relevante?
Revisión periódica de bases de datos, suscripción a servicios de alerta de editoriales
Relacionado con enseñar a buscar
Solamente recomiendo a mis alumnos lugares que me parecen confiables para buscar información.
¿Cómo podría hacer que aprendan a juzgar la relevancia de lo encontrado?
Dedicar parte del tiempo disponible a este tema, por ejemplo brindándoles alguna información para que lean http://www.revista.unam.mx/
vol.4/num6/art17/oct_art17.pdf
Ligado a competencias del manejo de la información
Existen herramientas para el manejo de las citas bibliográficas encontradas.
Aprender a manejar alguno de esos programas.
Evaluar los disponibles y ver tutoriales. Hay una buena página de comparación en Wikipedia
http://en.wikipedia.org/wiki/
Comparison_of_reference_
management_software

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Lo que quedó

¿Bueno y que fue lo que quedó después de tanta búsqueda?
¿Aprendimos finalmente a buscar?
Y no, no creo que podamos decir eso. Ya que más o menos ya sabíamos hacer algo.
¿Mejoramos entonces? No, no sé si tampoco esa es la respuesta, antes muchas veces no me salían las cosas a la primera y ahora tampoco me salen.
A mi me parece que lo rescatable es que por primera vez fui consciente de la búsqueda que realizo. Conozco mejor las limitaciones de mi buscador y las alternativas posibles. Eso no necesariamente será un obstáculo para que lo siga usando.
Mi imagen previa de la búsqueda en Internet es que es algo que uno hace mecánicamente, con el cerebelo. Búsqueda sencilla, Google derecho, algo más especial, cada uno de acuerdo a su área sabrá donde meterse.
Pero esta actividad mecánica es algo que tiene un valor agregado del que, al menos yo, no era tan consciente.
Para muchos, pero sobre todo indiscutiblemente para el alumno, este saber que manejamos puede hacer una interesante diferencia.
Recuerdo un viejo sketch de la televisión de mi infancia. Dos seres abandonados, ambos llamados Juan, compartían un desconocimiento total de todo. Uno de ellos, el inolvidable Ulises Dumont se acercaba al otro y con la halagüeña introducción “Juan, vos que sabes de todo…” le espetaba sus terribles y sencillas preguntas sobre los más diversos temas. El otro Juan, para no desencantarlo, daba su explicación desde la misma ignorancia compartida, siempre segura, pero invariablemente errada y desopilante.
Nosotros hacemos equipos de inexpertos y les encargamos la búsqueda de la información sobre distintos temas, pero no les damos las herramientas de búsqueda porque suponemos que son conocidas.
Sinceramente y a pesar de compartir la utilidad que tendrían, algunas de las propuestas que a veces uno escucha para su práctica docente están pintadas con el deslumbrante color de la utopía. Por poner un ejemplo, no puedo poner a mis alumnos, neófitos en el tema, a que armen un video sobre una materia de grado que tiene 32 horas de duración. Sí en cambio podría orientarlos con algunas actividades sencillas en el mejor modo de realizar una búsqueda bibliográfica, con el valor agregado que puede transformarse en una actividad acumulativa si entre varias materias tomáramos eso como objetivo.
¿Y que hacemos? ¿Les decimos directamente dónde buscar? En la bibliografía se plantea la existencia de cuatro pasos en la búsqueda de la solución de un problema. Dejar que los alumnos ejecuten su plan y ayudarlos en la mirada retrospectiva para mejorar su producción puede ser una alternativa interesante para que mejoren sus búsquedas.

martes, 22 de noviembre de 2011

¿Dónde comer un chivito en Buenos Aires?

Hay un período oscuro en nuestra historia que se extiende desde la independencia en la tantas veces dibujada Casa de Tucumán hasta que Sarmiento empieza a fundar escuelas. Era esta una época que en el colegio no se veía, no en mis años al menos, ciertamente cercanos a los del Gran Sanjuanino.
Si tengo algún reproche para esos años oscuros de nuestra historia es la irremediable pérdida de la Banda Oriental. No creo que se haya valorado en toda su magnitud este desgraciado hecho. Sin extenderme mucho puedo citar dos consecuencias terribles: no haber visto a Maradona y Francescoli jugando juntos en la selección y no poder comer un chivito decente a la vuelta de la esquina.
Aclaro para los neófitos que este popular sándwich uruguayo es poco menos que un lomito adornado con unos cuantos aditivos, pero sin embargo inconfundible para el público incondicional, con personalidad, reconocible a la distancia, como Frida Kahlo en un desfile de Pancho Dotto.
He aquí luego de esta prolongada introducción el motivo de mi búsqueda, que responde al punto a- ¿Dónde comer un buen chivito en Buenos Aires?
Vamos entonces a buscarlo en el buscador
¿Qué buscador? Google por supuesto.
¿Pensé en otro? Sinceramente no, nunca, salvo cuando no encuentro nada.
¿Cómo defino mi búsqueda? Ahí si pensé en tomar precauciones, no sea cosa que me pase como a mi desprevenido padre en su primer viaje a Uruguay y me sorprenda ante un ente deshuesado en el plato. Por empezar pienso poner “chivito uruguayo” para eliminar indeseables parientes de las cabras. El propósito último de mi búsqueda es una opípara cena, el inmediato es dónde, así que también tendría que asociar las palabras “Buenos Aires”.
Creo que tengo claro el propósito y el contexto y estoy pensando en escribirlo como pregunta. ¿Dónde comer chivito uruguayo en Buenos Aires? Y ver que pasa.
Ya está, la búsqueda tardó 0,28 segundos y arrojó 8960 resultados.
A saber: Medio y medio en San Telmo, La Esquina del Medio y Medio en Congreso, La Pasiva en Corrientes y un foro de Facebook donde señalan como el mejor chivito de Buenos Aires uno que se elabora en La Lucila. Cuatro primeros lugares con cuatro resultados útiles.
Me salió demasiado bien, creí que era más desafío mi propuesta. La próxima vez prometo que me voy a meter con un problema bien conflictivo de Salud Pública, pero ahora con su permiso parto rumbo a La Pasiva.

martes, 15 de noviembre de 2011

Buscando desesperadamente a Silvina

Situación en tiempo y espacio: Fiesta de algún colegio en la Asociación Cultural San Jorge,en Nazca y Mosconi. Año 1977
Silvina: Ya no puedo describirla detalladamente, lo cual brinda un anticipado y amargo final a toda la historia. Sepan, eso si, que ameritaba una búsqueda y que después de toda una noche bailando se fue sin más pistas que unas palabras susurradas a los gritos entre los decibeles del baile: “Voy al Colegio San Jesús” mientras abandonaba precipitadamente el recinto para concurrir al encuentro de un inoportuno padre que vino a buscarla.
Decepción: Como mi formación cristiana debería haberme indicado no hay colegios que se llamen “San Jesús”. Jesús no es un santo, es otro escalafón, es el hijo del Jefe.

La Búsqueda
Proceso de recolección de datos de un buscador:
(En este caso quien les habla ayudado por algún amigo interesado en potenciales amigas de Silvina)
Guía de teléfonos. Anotación de todos los colegios de la zona de Belgrano (vocablo que también se escucho entre el ruido) que comiencen con “San” o “Santa” o que tengan “Jesús” en su nombre

Proceso de indización:
Prioridad a los santos que fonéticamente pueden parecerse a Jesús
Ejemplo: San José
Agrupamiento por cercanía para visitar más de una institución por día.

Proceso de presentación:
Lista manuscrita en Hoja Rivadavia Nº 3

Resultados de la búsqueda: Ver el próximo capítulo a esta misma hora y en este mismo blog.

sábado, 16 de julio de 2011

La vida es 2.0

Cuando hace un par de años hice un curso para aprender a usar el campus virtual de la facultad volví entusiasmado a la cátedra para tratar de implementar su uso en la materia. La herida de la negativa fue sanando con el armado de un campus para un curso de posgrado en el que si pudimos trabajar con los programas y bases de datos y tantas otras cosas disponibles on-line y que irremediablemente se pierden sin una computadora en el aula.
¿Pero porque no hacer lo mismo para el curso de grado? Por otra parte ¿Cuáles son los límites cuando hay otras comisiones de la misma materia? ¿Es lícito subir tareas alternativas a los alumnos propios cuando se trata de mantener una homogeneidad en todas las comisiones?
Yo me limite, me puse en 1.0 e hice, para despuntar el vicio, una pequeña página personal para facilitarles a los alumnos el acceso a mis clases y bibliografía complementaria. La página no era mucho más que un archivador, una de las que se pueden crear con “Google sites”. No permite ninguna respuesta, uno publica y publica y no sabe si alguien lee lo que publica. No es un secreto, está disponible en https://sites.google.com/site/comision22010.
Pero aunque sea sin respuesta uno cree que lo leen y se entusiasma. Y publica bibliografía como para expertos, con la esperanza de que a alguno le sirva, y toca aparte temas históricos y sociales vinculados con lo que se enseña, y de repente surge por ahí un tema musical o un cuento que también viene al caso, o para el día de antes del examen sube también alguna cosa solamente  porque es cómica, porque sí, de modo que lo que uno había pensado como un humilde depósito de power-points se transforma en un ramificado discurso que parte de la materia y llega a cualquier lugar.
Pero siempre sin respuesta.
Pero la vida real es 2.0. La gente interactúa entre si y encuentra el camino para responder. Y así muchas veces cara a cara, por mail o por facebook, se van acercando los alumnos para opinar sobre algo, en general agradeciendo el esfuerzo. Inclusive los de otras comisiones, porque se corre de boca en boca que en una comisión se hace.
Así que a partir de este año pienso preocuparme un poco menos del que dirán y tratar de hacer las cosas de acuerdo a mi mejor parecer, aplicando todo lo aprendido para fortalecer la retroalimentación.
¿Funcionará? ¿Si? ¿No? ¿En cuántos alumnos?
Yo creo cada vez más que cuando se habla de personas los resultados no pueden ser juzgados solamente en término de números: ¿Cuánto vale que aunque sea algunos pocos lo aprovechen? Y traigo en mi apoyo la bellísima imagen del profeta Abraham regateando tan orientalmente con su propio Dios sobre el número justo de justos para salvar Sodoma.
Hay una frase execrable que para mí es un resumen del mal: “Miente, miente que algo quedará”. Cómo no tener entonces fe en que tampoco lo bueno pasará sin dejar huella.

domingo, 10 de julio de 2011

La periferia de la Higiene de Medicamentos: Medicinas alternativas

La periferia del contenido

No todos somos licenciados en educación, pero al menos todos somos docentes. Entonces más o menos cuando nos piden una opinión del tema zafamos. Así como un camionero puede opinar sobre su camión sin ser ingeniero, de tanto manejarlo nomás.
¿Pero cuál es la situación de nuestros alumnos ante los temas que tocamos en nuestras materias? Temas de los que saben poco o nada. Temas, muchas veces muy poco propensos a una segunda opinión, como lo es el Kps del sulfuro de mercurio. ¿Cómo analiza Usted un agua? Se analiza así, porque lo dice el código ¡Y a callar! Cómo decía Gila, todavía en tiempos de Franco.
¿Cómo tejer entonces una red de opinión, con esta lana tan dura como el alambre?
Mi propuesta pasa por la periferia del contenido. Barrios suburbanos que quedan separados por una General Paz de los contenidos que estrictamente tenemos que tratar, y que tienen tanta o más importancia, como San Isidro, siguiendo con esta innecesaria y estúpida metáfora.
No podemos opinar sobre cómo se analiza un agua, porque ya está establecido. Pero...¿Tenemos que pagar por un servicio de agua potable? ¿Estatal o privado? ¿Y si no pudiéramos? ¿Y en todo el país tenemos un servicio de agua potable?
En todos los temas hay ejemplos. Si hablamos de Higiene y Seguridad en el Trabajo el tema también queda resuelto con mirar la ley. ¿Pero qué podemos decir del trabajo esclavo? El del tiempo de los faraones, el del tiempo de Mark Twain y el de nuestro tiempo. ¿Y de los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio? ¿Vale la pena la libertad de comercio con distinta legislación laboral? ¿Son tan distintas las condiciones de trabajo en que se elabora en algún barrio de Buenos Aires la famosa zapatilla trucha de La Salada y en algún país de Asia la ostentosa zapatilla original del shopping?
Lógicamente ahora nos metimos con temas opinables y por lo tanto tampoco nuestra opinión será una palabra final. Pero creo que se podría orientar un debate, manteniendo el sesgo humanista que considero debería transmitir la Universidad, sobre temas que necesariamente dejamos de lado y sobre los que también el futuro profesional podría ser a veces consultado. Y sobre los que sí seguramente debería tener una opinión formada.