Cuando hace un par de años hice un curso para aprender a usar el campus virtual de la facultad volví entusiasmado a la cátedra para tratar de implementar su uso en la materia. La herida de la negativa fue sanando con el armado de un campus para un curso de posgrado en el que si pudimos trabajar con los programas y bases de datos y tantas otras cosas disponibles on-line y que irremediablemente se pierden sin una computadora en el aula.
¿Pero porque no hacer lo mismo para el curso de grado? Por otra parte ¿Cuáles son los límites cuando hay otras comisiones de la misma materia? ¿Es lícito subir tareas alternativas a los alumnos propios cuando se trata de mantener una homogeneidad en todas las comisiones?
Yo me limite, me puse en 1.0 e hice, para despuntar el vicio, una pequeña página personal para facilitarles a los alumnos el acceso a mis clases y bibliografía complementaria. La página no era mucho más que un archivador, una de las que se pueden crear con “Google sites”. No permite ninguna respuesta, uno publica y publica y no sabe si alguien lee lo que publica. No es un secreto, está disponible en https://sites.google.com/site/comision22010.
Pero aunque sea sin respuesta uno cree que lo leen y se entusiasma. Y publica bibliografía como para expertos, con la esperanza de que a alguno le sirva, y toca aparte temas históricos y sociales vinculados con lo que se enseña, y de repente surge por ahí un tema musical o un cuento que también viene al caso, o para el día de antes del examen sube también alguna cosa solamente porque es cómica, porque sí, de modo que lo que uno había pensado como un humilde depósito de power-points se transforma en un ramificado discurso que parte de la materia y llega a cualquier lugar.
Pero siempre sin respuesta.
Pero la vida real es 2.0. La gente interactúa entre si y encuentra el camino para responder. Y así muchas veces cara a cara, por mail o por facebook, se van acercando los alumnos para opinar sobre algo, en general agradeciendo el esfuerzo. Inclusive los de otras comisiones, porque se corre de boca en boca que en una comisión se hace.
Así que a partir de este año pienso preocuparme un poco menos del que dirán y tratar de hacer las cosas de acuerdo a mi mejor parecer, aplicando todo lo aprendido para fortalecer la retroalimentación.
¿Funcionará? ¿Si? ¿No? ¿En cuántos alumnos?
Yo creo cada vez más que cuando se habla de personas los resultados no pueden ser juzgados solamente en término de números: ¿Cuánto vale que aunque sea algunos pocos lo aprovechen? Y traigo en mi apoyo la bellísima imagen del profeta Abraham regateando tan orientalmente con su propio Dios sobre el número justo de justos para salvar Sodoma.
Hay una frase execrable que para mí es un resumen del mal: “Miente, miente que algo quedará”. Cómo no tener entonces fe en que tampoco lo bueno pasará sin dejar huella.
Funcionará seguro, pero con sorpresas. Alguna vez quisimos saber cuáles eran los mejores folletos para educar para la salud y la conclusión fue que la gente prefería otros medios. Sobre la marcha se aprende y en la evolución permanente está la verdadera alma del docente. #cpc11c3
ResponderEliminarfuncionara mas que seguro!!!! Yo he realizado la prueba y obtuve cosas muy interesantes!!! Pero realiza una propuesta que puedas obtener respuestas de los alumn@s, para que puedas ver porque camino mental andan.... Saludos! y la seguimos....#cpc11c3
ResponderEliminarSi Alfredo que va a funcionar, y no te preocupes ni por el que dirán ni por el número, te vas a sorprender de los resultados. Solo tienes que intentarlo.
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